Descubrimientos de INAH revelan sacrificios infantiles durante sequía en el Siglo XV
Entre julio de 1980 y enero de 1981, el Proyecto Templo Mayor (PTM) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) desenterró una ofrenda que contenía restos óseos de al menos 42 niños sacrificados en honor a Tláloc, el dios mexica de la lluvia. Este hallazgo busca poner fin a una gran sequía que asoló la Cuenca de México en el siglo XV.
Leonardo López Luján, director del PTM, presentó nuevos hallazgos en el IX Encuentro Libertar por el Saber: “Agua y vida”, organizado por El Colegio Nacional (Colnal). En el evento, expertos como Eduardo Matos Moctezuma, Teresa Rojas Rabiela y Carlos E. Córdova discutieron la gestión del entorno lacustre de Mexico-Tenochtitlan.
López Luján subrayó la importancia de las obras hidráulicas prehispánicas, no solo para la vida cotidiana y la agricultura, sino también para la estabilidad política de la Cuenca de México. Las ceremonias dirigidas a invocar lluvias, que incluían sacrificios de niños, eran esenciales para la sociedad mexica.
La Ofrenda 48, una de las primeras excavaciones de López Luján, contenía restos de 42 niños, de los cuales 22 eran varones y seis eran mujeres, con edades entre dos y siete años. Muchos de estos niños mostraban signos de desnutrición, según el antropólogo físico Juan Alberto Román Berrelleza.
Los restos fueron encontrados en una caja de sillares, sobre una capa de arena marina, adornados con collares y pigmento azul. También se hallaron elementos marinos, aves, una navajilla de obsidiana, copal y esculturas de Tláloc, datando de la fase constructiva IVa del Templo Mayor, erigida durante el gobierno de Moctezuma Ilhuicamina (1440-1469).
Este hallazgo es un testimonio de la desesperación de los mexicas durante una sequía devastadora y muestra cómo las fluctuaciones climáticas influían profundamente en las dinámicas económicas y religiosas de la época.